Crónica de una noche inolvidable.

 

Quiero, en este relato, compartir con quienes me siguen, el maravilloso momento que pasé ayer, 8 de Febrero, en la fiesta que organizó Rimac para todos nosotros:

Comenzaré diciendo que desde que nos comunicaron que dicho evento se llevaría a cabo, me sentí muy emocionada, ya que nuevamente me divertiría y me integraría con la gente de mi Organización.

Lo primero que debo decir, es que cuando llegué, la persona de Comunicación Interna, me ubicó con gente que no conocía, ya que todo estaba a full. Había llegado para el gran evento, gente de las sedes de provincia, por lo que me era difícil ubicar a personas de mi área. En ese momento, me sentí un poco desubicada, ya que ellos no me conocían, ni yo los conocía tampoco. No obstante, traté de divertirme como podía, cantando en voz alta las canciones del grupo que se había contratado para animar la fiesta, ya que si había invertido en arreglarme y en trasladarme hasta allá, debía disfrutar del momento tan agradable que Rimac nos estaba brindando. Ya me había resignado a divertirme como podía, cuando de pronto, sonó mi celular: Era mi jefe, quien había estado tratando de ubicarme desde hacía bastante rato. Me preguntó dónde estaba. Yo le indiqué que estaba cerca de la puerta de ingreso. Después de un rato, me ubicó. Déjenme decirles que el encuentro fue muy emocionante. Nos dimos la mano, y ambos manifestamos la alegría que nos daba el vernos nuevamente. Después de conversar un momento y de comentarme todo lo que había hecho para ubicarme, le pedí que por favor me trajera algo de comer. Ya alguien lo había hecho, pero como el buffet estaba de primera, decidí comer un poquito más.

Después de comer, mi jefe me dijo que me llevaría adelante, cerca de la pista de baile, ya que ahí estaba ubicada la gente de mi área. Cuando llegamos, me indicó que al costado estaba la pista de baile. Desde ese momento, todo cambió, ya que hubo un momento, que como la música estaba tan buena y nadie me sacaba a bailar por el temor de que seguramente me fuese a caer, yo decidí pararme de mi sitio y comenzar a bailar. Una de las chicas del equipo me observó y me llevó hasta la pista de baile. ¡No saben cómo me divertí!, ya que hasta bailé festejo, los carnavales de Cajamarca y de Arequipa, además de otras canciones que eran mis favoritas. Cuando comenzaron a tocar la música de Pepe Vásquez y los carnavales mencionados, ¡no saben lo orgullosa que me sentí de haber nacido en el Perú!, y lo manifesté con expresiones como: “¡viva el Perú!”. Déjenme decirles que sentí nuevamente que se me había integrado con el resto del equipo y que pude participar del evento como le había pedido tanto al Cielo de Dios: que fuese una noche inolvidable. Lo digo porque la verdad es que tengo muy pocas oportunidades de ir a fiestas, y le agradezco a mi Organización el haberme hecho pasar un momento tan bonito. Además, aprovecho para agradecerle muchísimo a mi jefe por haberme rescatado, y haber hecho que pase un momento que quedará para siempre en mi corazón.

Para concluir, debo decir que después de este magnífico momento, me siento mucho más motivada a seguir trabajando y dando lo mejor de mí, ya que mi Organización me demuestra una vez más que se preocupa por el bienestar de sus colaboradores.

 

Autora: Johanna Gilda Ugarelli Reinafarje. Lima. Perú.

johanna.ugarelli@rimac.com.pe

 

 

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